Relatos de Aldo Mazzoni
Fabricantes y representantes en Uruguay
Fabricantes:
• Marca: Original CORONA
Héctor Samudio - Santa Fe 1161 – Tel. 29 06 87
Dirección Teleg. “TELUR”
Montevideo – Uruguay
• Marca: Farol FABRO
FABREGAS & Cia. S.A.
Uruguay esq. Convención
Montevideo
• Marca: ILSA
Izeta – Lopez S.A.
Cuñapirú 2264 – Tel.2 30 11 – 296 05
Montevideo
Representantes:
• REG. TRADE MARK PRIMUS
A/B B. A. HJORTH & Co. (BAHCO) - Stockholm – SWEDDEN
Dirección telegráfica: BAHCO Stockholm
Representante: KURT MENGE
Plaza Zabala 381 - Montevideo - URUGUAY
Casilla de Correo 289
• Goran H. Friberg – 9 40 68
• REG. TRADE MARK PRIMUS
Representante: ALFA – LAVAL – SOCIEDAD AN. IMPORTADORA
Cerro Largo 1069 – Montevideo
• OPTIMUS
A. GORDON – FIRING & CIA.
Representantes
Juan Carlos Gómez 1492
En el año 1994 en que comenzó esta historia, no existía Internet, y hacía años que ya no se fabricaban Primus en Uruguay, entonces comenzamos a explorar la historia, y la fuimos construyendo sobre anécdotas y papelas olvidadas. Un pilar fundamental, fue un ex Gerente de BAHCO, el Sr. Gunnulf, el cual vivía, seis meses en Punta del Este y el resto en Suecia. Él nos proporcionó la mayor parte del relato que sigue a continuación:
La Historia de la cocina Primus
La historiografía acerca de la empresa familiar B.A Hjorth y compañía (BAHCO), consiste en un escrito conmemorativo, que redacto Mr. Ivar Arnell en 1929, con motivo del 40 aniversario de la empresa como sociedad anónima.
En lo esencial, está estructurado como una biografía de su fundador, B.A Hjorth acerca de cómo este obrero metalúrgico, sin recursos creó una gran industria y se transformo en una de las personas más ricas de Suecia.
¿Qué paso después de aquel aniversario de los cuarenta años?
La empresa escapó de las manos de la familia del fundador y entro en la Bolsa, por lo que fue el momento de redactar estas líneas (1982).
En ese momento era una compañía con muchos miles de empleados, y una cifra de negocios de un par de miles de millones de coronas.
Fue un desarrollo fascinante que transformo a Suecia, en un Estado industrial de bienestar, a partir de haber sido un pobre país agrícola.
Lo históricamente asombroso, está fundado en las 2 invenciones específicas, que fueron la base del éxito de la empresa familiar:
• La “Cocina a querosene Primus”, patentada en 1891 (1), y
• La “Llave ajustable para tuercas”, patentada en 1892.
Nos dedicaremos a hablar sobre la cocina a querosene Primus.
Las cocinas de mecha, olorosas, grandes consumidoras de combustible, con efecto calórico lento eran rudimentarias en el mundo de la técnica, y estaban a la espera de ser sustituidas por algo mejor.
No se sabe cuántos inventores y manualmente hábiles, se habrán sentado en sus sótanos para experimentar mejores sistemas de combustión, pero el primero que se hizo conocer a este respecto, fue C.R. Nyberg, que en un soplete de soldar, encontró la técnica para lograr, con una mezcla del gas de nafta y el aire a la presión adecuada, una perfecta combustión y efecto calórico, que finalmente daría nacimiento al Primus, aunque entonces, con queroseno como combustible.
El que primero estuvo en la pista de este último invento, fue un obrero de la empresa Separtor, Ludvig Holm, quien le confió su secreto a un colega, F.W. Lindqvist. Fue este último quien, en el año 1891, puso en marcha una fabricación que, posteriormente, conduciría a la producción en serie, en colaboración con el industrial J.V. Svensson. La empresa se llamó “Fábrica de Cocinas de Queroseno” de J.V. Svensson.
Si se humanizara al Primus, se podría decir que se sentiría muy feliz con su nombre de pila “Primus”, ya que tiene una muy positiva resonancia, válida y comprensible internacionalmente y fácil de pronunciar además, pero aún más estaría en 1896, fecha en la que se registro una imagen de su marca.
En cada aparato, se grabó: “PRIMUS – Marca registrada. Hecho en Suecia”, para orientación perfecta de sus muchos consumidores.
No todos, por cierto, podían leer, menos aun nuestro alfabeto latino, pero la gente no se dejo engañar, querían tener la cocina de querosene con la imagen del aparato grabada en el soporte.
En los primeros años casi no hubo ventas metódicas.
La confianza en el futuro del aparato se debilito a partir de los percances que le ocurrieron, ya que no fue tan fácil enseñarle a la gente a ser cuidadosa con el precalentamiento del quemador, un proceso que transformaría el queroseno en gas.
El encendido
El encendido que se transformaba en un ritual para algunos, debía comenzar vertiendo cierta cantidad de alcohol en el pequeño recipiente denominado “platillo”, que estaba bajo el quemador del Primus, aunque muchos, solo bombeaban algo de queroseno y encendían, obteniendo llamas incontrolablemente altas que podían tener consecuencias fatales.
Lo más malo para la reputación el Primus, era que entre los restos del incendio, se encontraba una cocina explotada, con los habituales titulares en periódicos como consecuencias: “Exploto cocina de querosene” o, aun peor, “Un Primus explotó”. ¡Ahí estaba directamente indicado el fabricante!
B.A. Hjorth.
Si bien B.A. Hjorth recibió el derecho exclusivo a la venta del Primus ya en 1892, no fue sino en 1918 que pudo comprar la fábrica, establecida en Lilla Essingen, cuyo propietario era F.W. Lindqvist, que con los años se hizo más terco y ocasionó algunos problemas a B.A. Hjorth. Uno de ellos, fue la asombrosamente dura actitud de Lindqvist respecto a sus trabajadores. Precisamente, en 1918 condujo esta actitud suya a una larga huelga, que se supero sólo a través de la venta de acciones de Lindqvist a favor de B.A Hjorth, quien de inmediato acordó la paz con los trabajadores. Para entonces, un grupo de buenos trabajadores del oficio, abandonó Primus, para establecerse en una nueva fábrica de cocinas de querosene en Tellusborg que se llamo Radius S.A. aunque, el primer competidor en surgir fue Optimus S.A. en Upplands Vasby.
La Patente.
La patente que poseía Lindqvist era limitada tanto en su amplitud como en su tiempo de vigencia. El principio era conocido por la invención del soplete de soldar por parte de Nyberg, pero, además, ya había una cocina alimentada con gases de queroseno, construida por una persona de nombre Ostlund, hecha con una fina chapa metálica, y en la cual la presión se obtenía con una pelota de goma que había que apretar. En la práctica era una cocina inmanejable, pero seguramente dio la idea a Holm/Lindqvist para la de ellos.
En cualquier caso, en el año 1899 la patente debía estar caducada, pues entonces comenzó Optimus S.A. su fabricación de cocina de queroseno que era una copia casi exacta de la cocina Primus.
Por supuesto, B.A. Hjorth se esforzó por popularizar al Primus, para ello, se hicieron demostraciones en exposiciones, se difundieron hojas de propaganda de la “novedad mundial”, etc., pero él era en mayor o menor medida, en soledad, tanto director como vendedor, y tenía muchos otros hierros en el fuego, muchas otras invenciones que comercializar….
Si hubiera sospechado desde un principio, cuan importante era el artículo sobre el que había puesto sus manos, probablemente habría utilizado los años de vigencia de la patente con mayor racionalidad, pero no se había dado cuenta, que el Primus era “la gallina de los huevos de oro”.
Agentes Comerciales
B.A. Hjorth procedió, sin un previo sistema, en la elección de los Agentes Comerciales de sus productos en el mundo, ya que era posible, al parecer, que cualquiera, si Hjorth estaba de buen humor, lo hiciera. Hay explicaciones para esto, ya sea porque era difícil hallar alguna persona dispuesta a asumir la tarea, ya que Hjorth no podía darse el lujo de elegir y rechazar; o porque Hjorth intuía que aquel, al que se confiara la venta de la cocina Primus, debía tener una confianza tan firme en el futuro del producto, como la que el mismo tenía. Se le exigía una prueba de esa convicción, y lo más convincente para Hjorth era, probablemente, que el interesado se ofreciera a invertir dinero en la comercialización del producto, por ejemplo a través de un importante pedido como primera movida. Allí iba a encontrar la convicción y la adecuada fuerza de realización. Esa capacidad la tuvo un joven noruego, Soren Condrup, que recientemente había iniciado una firma de representación en Inglaterra, y en sus propias memorias ha declarado que impuso Primus no solo en Inglaterra e Irlanda, sino en todo el imperio británico.
En pie en Sudamérica lo pusieron otros escandinavos, que tenían en común el hecho de haber procurado a B.A. Hjorth para obtener la representación, algunos inclusive sin estar instalados, sino que querían comenzar sus carreras en el extranjero con la cocina Primus como base.
Estos son sus nombres:
• Kurt Menge Menge en Uruguay (2)
• Evert Johansen en la Argentina,
• Sten Nystrom y Gustaf Stahl en Brasil,
• A.H. Bergstrand en Peru,
• Hakon Petersen en Paraguay,
• Axel Bergstrom, Knuth Lindahl e Ivar Listad en Colombia,
• Hildwing Swan en El Salvador y
• Gosta Agren en México.
En América del Sur, los volúmenes mayores se importaron desde Argentina, aunque Colombia y México no se quedaron atrás.
Hasta el estallido de la primera Guerra Mundial, el mayor mercado era Rusia, y por este, B.A. Hjorth se interesaba personalmente, y allí vendía él personalmente, incluso antes de la cocina Primus, comercializaba máquinas, centrifugadoras de leche, los llamados motores “Avance” (producido por J.V. Svensson desde que abandono la fabricación de Primus) y llaves ajustables para tuercas. Allí no era apropiado contar con representantes nombrados al azar sino que, periódicamente, se enviaba entre seis y siente viajantes, empleados con el propósito de vender en el lugar y encontrar distribuidores adecuados en sitios estratégicos. La cocina Primus se transformo en una verdadera inyección para que esos distribuidores le dedicaran a los productos de la empresa de Hjorth la mayor atención.
Fue una catástrofe el cese total de venta a Rusia tras la revolución de 1917. Esto hizo replantear muchas cosas, y se estaba ante una disyuntiva, si habría que intentar difundir la cocina Primus en todo el mundo ya que su potencial era enorme, o habría que ampliar la oferta de productos y, por esa vía aprovechar mas eficazmente los mercados en los que ya se trabajaba. En realidad se intentaron ambas vías, pero con el acento puesto en la ampliación de la oferta de productos.
Su nombre se transformó la marca comercial Primus, en símbolo del aparato de cocina con bomba, que era su característica.
En sueco se pudo haber dicho cocina de presión, como en ingles, pero fue simplemente Primus y así en todos los países, aunque en Argentina le llamaban también “calentador”, en otros países como Venezuela “reverbero”.
Entre los años 1918 y 1928 aparecieron la mayoría de los Agentes que tendrían el mayor papel para la empresa hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial, y ellos crearon en común la asombrosa difusión de la cocina Primus, que tendría la fama de ser el producto sueco más difundido.
El comercio en las Islas del Pacifico era dominado por la Naviera Burns, Philip & Co., con oficinas en todos los grupos de islas de alguna significación. Fueron con éxito Agentes de Primus, y ellos mismos nos afirmaron que “solo pequeños atolones carecían de primus”, por lo demás, estaban en todas partes.
Se concretaron también negocios con aisladas Islas Atlánticas, como Tristán da Cunha, Isla de Pascua, Santa Helena, Ascensión y por supuesto, el Primus estuvo presente en todas las aventuras de exploración geográfica que ocurrieron, como las llevadas a cabo por Sten Bergman, Rolf Blomberg, Gustaf Bolindre y Valter Schytt. Fueron grandes momentos, los encuentros con los exploradores nombrados, y poder discutir sobre el conveniente equipamiento Primus, mientras en silencio, uno deseaba participar de sus exploraciones.