Relatos de Aldo Mazzoni

El Primus, la Sociedad y el Tango

El primus estuvo siempre ligado a la sociedad a través de sus múltiples bondades. Era un elemento muy popular y prácticamente indispensable en los hogares de bajos recursos, piezas de conventillos, y lugares de reputación dudosa.
El tango lo tuvo como compañero inseparable, y en los denominados "tangos prostibularios”, que eran una serie de tangos antiguos, cuyas partituras originales eran para piano y sin letra, salvo alguna que otra excepción.
Uno de los más populares es: “Metele Bomba al Primus” (1).
La única causa de la definición de este tipo de tangos, parte del título y su dibujo en la tapa de la partitura, generalmente con doble sentido o con alusiones picarescas o referidos a partes del cuerpo humano o utilizando palabras vulgares o indirectamente referidos a la copulación. 

Quizás el tango más popular que protagonizó, fue “El bulín de la calle Ayacucho”, y dice: “…El primus no me fallaba, con su carga de aguardiente, y habiendo agua caliente, el mate era allí señor…”, y “…y en el primus no bulle la pava, que a la barra contenta reunía, y el bacán de la rante alegría, está seco de tanto llorar…”.
Otro tango es “El Amure”, que cuando “la Paica” se le piantó, “…Se rajó para el trocen, con todo lo que tenía, el primus y la guitarra
y toda la pilchería…”.

También en el tango “El Divorcio”, al primus lo nombra como le dicen el Argentina: “calentador”, y cuando el marido hace el reparto, le dice: ”…A usted le toca el ropero, dos perchas, la palangana, a mí, la mesa, la cama, la pava, el calentador. Y le dejo a su favor, pa’ cuando le venga risa, la dentadura postiza que le compré de ocasión…”.
Roberto Bianco en el recitado “Gracias Montevideo,” nos dice: “gracias … por la yapa y el vintén, el sucedido almacén, los ñoquis del veintinueve, un real al sesentainueve, y el primus a kerosén…”

Muchas personas tienen recuerdos, pero quiero que conozcan la historia de Ann Virginia Malcolm, que nos envió sobre: El primus y la abuela:
“El amigo de largos días y largas noches de invierno.
Tu rutina comenzaba cuando el sol despuntaba sus primeros rayos a la hora en que el gallo comenzaba su canto.
La Abuela se levantaba completaba su tanque con querosene, llenaba el platito de alcohol, lo prendía, lo dejaba calentar  y comenzaba a darle bomba para que el sombrero se encendiera y comenzaba a marchar todo el día sin parar.
Con un litro de querosene aproximadamente 8 horas; primero calentando la caldera para el mate dulce y luego cuando mis padres, hermanos y yo nos levantábamos, íbamos formando una ronda alrededor tuyo para calentarnos y tomar unos mates que la abuela nos cebaba  y nosotros mojábamos un pedazo de pan en el mate y luego en el azucarero (que rico que era).
Luego seguía con algún puchero o sopón haciéndose lentamente. A la tarde la Abuela preparaba una rica torta en el hornito de primus y calentaba más agua para tomarnos un rico te y acompañar la rica torta de la Abuela.
Llegaba Papá de trabajar y mis hermanos de estudiar y tu eras nuestro punto de reunión dándonos un poco de calor comentando lo que paso durante el día y alguna historia de la Abuela.
Cuando los higos comenzaban a madurar tu trabajabas  un poco más porque durante largas horas la Abuela ponía a cocinar en su primus  un rico dulce de esa fruta, que después de cenar nos servía con crema de leche  (crema de leche casera).
Que lindos son los recuerdos del primus y mi abuela.”

El más grande de todos los tiempos, Carlos Gardel (2), conocido como el “El Mago o el Zorzal Criollo”, mientras ensayaba o leía el diario (3),  seguramente la página de la “estadística burrera”, mantenía el agua caliente para en mate en una pava, encima de un calentador a alcohol, marca “Primus”. Esta estampa era muy común en las conversaciones entre amigos que comparten el mate.

La importancia que tenía el primus en las casas de familia, era inimaginable, basta ver el aviso (4) de la “Empresa Controladora de Primus” la cual ofrecía: “Hágase socio”, para contar con la tranquilidad de siempre tener su primus en buenas condiciones.

No sólo para cocinar o calentar agua para el mate servía el primus. Algunos artesanos ambulantes (5) lo utilizaban, es sustitución del soplete, para realizar reparaciones que requerían de una soldadura con estaño.

También a principios del Siglo XX, los primus de varias boquillas eran utilizados en las mañanas gélidas, para calentar el aceite de los motores de los camiones para ayudar a su encendido, como podemos observar en un vehículo que está exhibido en el Museo de las Cavernas de Luray en Virginia, U.S.A. (6),(7)

Ante la necesidad por los sucesivos cortes de corriente dos muchachos porteños José Luis Mayor y Antonio Di Gioia (8) inventaron el “Farol – Estufa” y lo bautizaron con el nombre de “DI- MA”. Era ni más ni menos, que un caño como se ve en la foto (9), soldado en el centro de un sombrerito de una boquilla, de tal forma que colocándole una mantilla, hace a las veces de farol. El sistema alcanzaba a alumbrar una habitación por 16 horas con solo un litro de querosén. Realizaban sus demostraciones en la calle Suipacha 435, con un slogan muy singular: “economice dinero, combata la carestía de la vida, cortes de luz, baja tensión, simple, sin conexiones, ni peligro”.

Hay primus que ya vienen equipados con accesorios para que cumplan la función de estufa (10), pero los rioplatenses tenían un método más eficaz, y era colocándole un ladrillo encima (11), el cual un poco antes de irse a acostar, lo envolvían en papel de diario y lo colocaban dentro de la cama para calentarla a modo de porrón.

Otra función que tenían los primus, era calentar un aro circular donde reposaba una placha con la cual, al llegar a la temperatura normal, las “Amas de Casa” planchaban la ropa (12).

Todos los primus se lustraban con Brasso (13) y esponja de aluminio.

Si estará el primus metido en esa mezcla rara que provoca el tango, que el pintor de tangos Sigfredo Pastor (14), traza en sus obras un universo que es reflejo fiel del espíritu de nuestra música popular. En ellos afirma el vigor del baile entrelazado, formando o fundiendo a la pareja casi en una sola figura, en ambientes que parecen empeñados en quedarse de manera indefinida en el tiempo, y allí aparece el primus calentando en la caldera el agua para el mate. También la artista plástica María Mercedes Fuentes Larghero (15) en una naturaleza muerta, se encarga de plasmar un primus como parte del motivo.